En la tapia crecía la yedra
mientras las risas infantiles
llenaban las estancias,
de ese impoluto tosco
universo
al que cada verano regresábamos
con el alma cansada
dispuestos
a sumergirnos en su cálido abrazo,
pues sabíamos que al igual
que fue, <pese a las ausencias
teñidas de gris en las esquinas>,
y será un lugar al que regresar…
Un lugar al que llamar hogar.
Lesan Mora 2015
Fotografia Katey Puley
me gusta como escribes
ResponderEliminarabrazos desde miami
muuuuuuuuuuchas graaaaaacias
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