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30 de junio de 2017

Cuando en tu vida entra una bomba....

                       Llamada cáncer, sientes que el mundo se abre bajo tus pies. Quien diga lo contrario creo que está mintiendo, más que nada porque hasta ese momento la vida ha sido algo muy distinto de lo que será a partir de entonces. Pero bueno tienes que seguir viviendo y tienes que presentar batalla ante lo que estás pasando.
                         Continuamente oigo la frase"es que tú eres muy fuerte, eres capaz de superarlo todo". Y no sabes la gracia que me hace cuando lo oigo. Lo que en realidad me gustaría es hacerme pequeña y recogerme en posición fetal hasta encontrar ese lugar parecido al vientre materno en el que sentirme asalvo y resguardada. Por suerte esa sensación no dura mucho y consigo levantarme y afrontar la vida , no sé si  de igual forma pero si con una visión masa positiva de la que tenía antes de que me dieran la noticia.
                  Y es que si algo he aprendido de todo esto es que solo tenemos una vida y hemos de vivirla según nuestros propios criterios.A veces nos perdemos en zarandajas sociales y convencionalismos que solo nos llega vivir bajo clichés anticuados que quizás poco o nada tienen que ver con la persona que somos y la verdad es que me he cansado de ser la niña buena  qué hace caso aquellos que creía querer o mejor dicho que creía que me querían. La vida da sorpresas y yo me estoy llevando algunas muy gratas que no sé dónde me llevarán pero tengo ganas de descubrir ese camino de vivir y amar como la persona que soy y no como la que otros quieran que sea. Así tal vez cuando tenga  80 años y me mire al espejo descubra que esa viejecita ha vivido la vida de puta madre y no me llevé el cajón ningún ojalá hubiera........
                    Porque si algo tengo claro es que la enfermedad no me define, sólo es una puerta que se ha abierto en mi vida no sé si a ha llegado para quedarse o como yo digo para  irse derrotado en una batalla que no me pienso dar por vencida. Y por favor si miráis a un enfermo de cáncer como yo a partir de ahora no lo miréis como si fuera la figurita de cristal del cuento que está a punto de romperse. Somos personas qué amamos, queremos, reímos y vivimos y sobre todo queremos comernos la vida con ansia porque sabemos que solo hay una y no queremos desperdiciala. Así que a partir de ahora no lo mires con lastima cógela de la mano para acompañarlo en su aventura; tal vez descubras que vivir es mucho más interesante de lo que pensabas.

Marian Jaén pseudonimo Lesan Mora 2017

11 de septiembre de 2015

Fetiches, la pimienta de las relaciones


Copyrighted: Lesan Mora
Foto: Helmut Newton, Miles Aldrige


A la hora del sexo, todo es deseo, piel y los sentidos están alerta, dispuestos a reaccionar ante el mínimo cambio del otro cuerpo; con todo hemos de ser conscientes de algo: Cada uno de nosotros somos únicos, por lo que te puedes encontrar que lo que me atrae a mi, no tiene por que excitarle a mi pareja Llegado este punto entra en juego la capacidad de comunicación y de improvisación para convertir nuestra vida sexual en algo .... rico.

Muchos hombres, —y también mujeres, aunque admito que hay puedo patinar —, me han asegurado que pese a estar casados y amar a sus parejas evitar la tentación de probar lo prohibido es inevitable. Ya sea bien por que les han criado bajo la creencia de que para llevar a cabo sus fantasías sexuales han de buscar otra mujer, o por esa imposibilidad biológica que muchos aducen  a que la monogamia es algo demodé… Vale, este no es el tema, en ningún momento pretendo fomentar un debate sobre la fidelidad o infidelidad; solo hablar de aquello que nos atrae más allá del misionero.

Tal vez esté pecando de ingenuidad o de desconocimiento, si bien, no se por qué, en los últimos tiempos se ha tendido a una extraña estandarización en cuestión de fetiches; aunque está claro que para gusto, los colores. Como es el caso de los zapatos o hilando más fino, las famosas sandalias de Manolo Blanik, que parecen haberse convertido en toda una leyenda urbana desde que la actriz Sara Jessica Parker los popularizara en su serie Sexo en Nueva York. Vamos a ver, soy mujer, y cómo tal me encantan los tacones y sé que llevar un zapato bonito cambia por completo la figura femenina, ahora ¿Quinientos euros por par?; para quien tenga el dinero me parece perfecto, aún así no comprendo en que se diferencian de cualquier otra marca.

Lo importante, desde mi punto de vista  reside el poder es en el tacón de aguja. Para muchas mujeres, —entre las que me incluyo—, resulta un instrumento de tortura que nos destroza los pies y la espalda, con todo nos sentimos incapaces de renunciar a ello. ¿Por qué? Por que sabemos que es sexy, atractivo, elegante y que para muchos hombres, es la primera parte hacia donde muchos se desvía la mirada. Sin contar que a bastantes les erótica muchísimo que la pareja con la que se van a acostar lleve puesto unos buenos zancos; (cómo decía mi abuela). Y sin olvidarnos de aquellos que se pirran por lamerlos; ahí entiendo que a las mujeres les guste. Y es que cómo española, en un país donde el misionero sigue ocupando un lugar importante entre nuestro inventario de posturas sexuales, el tener un hombre a tus pies en el sentido más literal de la expresión, resulta más que tentador…

No sé si el siguiente objeto se engloba dentro de este o dentro del tema “preferencias sexuales”. Me figuro que un poco de todo…

Me refiero a las esposas.

El tener a tu amante en la cama, —o en cualquier otro lugar—, atado, incapaz de moverse, a la expectativa, pendiente de lo que va a suceder. Es algo muy erotizante, y quien diga lo contrario, quizás es por que no lo ha probado… De acuerdo es mi opinión, si bien siempre he creído en que antes de rechazar algo, hay que probarlo. Y más si nos movemos en los terrenos del sexo, ahora, hagan la siguiente reflexión: Cuando hacemos el amor, o cuando simplemente follamos hay casos en los que se estable una cierta relación de poder, en la que uno lleva la voz cantante y otro le sigue la corriente. Por lo que el uso correlativo de esposas, pañuelos, les da a cada uno la oportunidad de vivir su sexualidad bajo otro prisma.


Si bien no creo que tenga nada que ver dentro de la mitología popular fetichista, este va unido a otros como la utilización de palas, látigos y demás artículos del mundo sado. Un estilo de vida defendido por los que lo practican, y demonizado por otro, cuando  es un punto de vista diferente de la sexualidad; aunque para ser honesta, hay aspectos, que quizás por desconocimiento hablo de oidas. Yo concibo el sexo  unido a la palabra placer, por lo que el que  para llegar a él se haya de pasar por el dolor me cuesta.... También es cierto que soy una completa neófita en este mundo; por lo que hablo como si fuera un observador extranjero en un país muy lejano, del que no está muy segura de poder informar.


Luego está el rol amo esclavo y más concretamente en el de este último. No sé donde oí que al contrario de lo que la gente se imagina el poder no está en el que domina, sino en el que se deja dominar, por lo que la relación que se establece entre ambos es satisfactoria tanto en uno cómo en otro sentido. Es más, creo que dentro de esta misma conversación descubrí algo que me dejó descolocada: “El sado no es solo follarse un cuerpo, no va de poyas y coños. Va más allá.  Trata DE  follarse una mente”. Más que nada por que en el mundo actual de prisas, stress y pérdida del romanticismo, en ocasiones el sexo ha dejado de ser un pedazo importante de algo más; de la expresión de unos sentimientos, de una atracción, para convertirse en una especie de triatlón olímpico al que jugamos todo el planeta.

Referente a este tema, no hace mucho escuche un testimonio que me viene al pelo. Se trata de una mujer, casi en la cuarentena. Una profesional de éxito que a lo largo del día tenía que tomar un montón de decisiones importantes. Sin embargo, de vez en cuando, iba a un local a donde durante una hora perdía su identidad para convertirse en una esclava sujeta a los caprichos de un amo cruel. Hablaba de que para que aquellas sesiones llegaban a ser una experiencia catártica, liberadora, en el que se dejaba llevar por completo e incluso hablaba de que bajo ciertas circunstancias había tenido una experiencia extra-corpórea. Y que justo eso era lo que le permitía continuar con un ímpetu renovado en su vida.

Dios sabe que no soy ningún ejemplo a seguir, por lo que no voy a juzgar ni este ni ningún otro modo de vida. Es más, me alegro que poco a poco se vayan derribando muchos de los tabús que durante años nos limitaron. Y que aunque sea con cierto pudor, seamos capaces ya no solo de hablar de ello, si no de darles un espacio en nuestro devenir cotidiano.

Para concluir debería hacer algunos apuntes acerca de la lencería en su basta expresión de la palabra.

Hoy en día en la industria de la moda hay verdaderas piezas de ingeniaría que resaltan tus encantos, incluso que las mejoran. Lo que me pregunto, ¿Qué importancia tienen en el sexo? Por que a la hora de la verdad, te duran dos minutos puestas. Sin embargo son parte fundamental dentro del ideario sensual de cualquiera
. Ya que en el caso de las mujeres nos ayuda a sentirnos más guapas y femeninas, no solo a la hora del sexo, si no también en nuestra vida diaria. Y en cuanto a los hombres, bueno son pilares fundamentales de su doctrina sensual; aunque el gusto de algunos sea más que cuestionable. Los hay obsesionados por los tangas de leopardo, o por el color rojo pasión, y los hay que al comprarla, piensan más en lo que les excita a ellos, que en lo que los gustos y preferencias de su pareja.

Un consejo para aquellos que vayan regalar a su pareja lencería. Párense un poquito antes de elegirla. Imagínense a la persona, visualicen su manera de vestir, de actuar, sus fantasías y actúen en consecuencia. Dejen a un lado lo que ustedes desean; más que nada si lo que pretenden es llevárselas a la cama. Ya que ese pequeño detalle para una mujer puede ser indicativo de muchas cosas; entre ellas, de permanecer con las piernas cerradas…

También he de remarcar, que todo esto es desde mi particular manera de entender las cosas. Y por mucho que me repita no parare de hacer hincapié en que para gustos, los colores.Y con  esto solo he hecho  un esbozo de los que existen; por lo que no hemos de buscar una pareja que tenga fetiches o fantasías que sean compatibles con los nuestros. Más que nada, por que así aportaremos a nuestra vida sexual un poco de pimienta….

No se si me entiende…